El que quiera oír, que oiga con Lorenzo de Ara

Sandra Rodríguez, Juan Carlos Marrero, ¿y Coalición Canaria?

Era imposible un quid pro quo. Hablo de Coalición Canaria en el Puerto de la Cruz. Se llegó a la asamblea con amistades rotas, en pie de guerra, con la capacidad las dos partes de hacerse mucho daño. En la sala se apiñaban personas de bien, pero con una consigna muy clara: “Esto es la guerra y hay que ganar”.

104 votos para Sandra Rodríguez, la persona con más poder en el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz (17 millones de euros me dan la razón) y 94 para Juan Carlos Marrero, secretario general del partido nacionalista en la ciudad y un concejal que ha obtenido un máster de los de verdad en el área de Urbanismo en este mandato. Hombre de confianza de Carlos Alonso. Así lo sigue manifestando el presidente del Cabildo.

El futuro de CC en el Puerto de la Cruz es incierto. Peligroso, sin duda. Lo que en su día ocurrió en Los Realejos, puede volver a repetirse en la ciudad turística. Un partido que conoció horas muy afortunadas, puede verse abocado a tener que experimentar la caía a los infiernos. Ser un partido residual en el Consistorio. ¿Una concejal llamada Sandra Rodríguez como única voz de CC?

Precisamente, la ganadora y ya candidata oficial, aseguró en entrevista en Gente Radio el viernes 27 de este mes, y a preguntas de un servidor, varias cosas que de nuevo indican que ella, y solo ella, es la que tiene la batuta del partido, y no está dispuesta a que nada ni nadie ponga en tela de juicio su mando.

«Quiero disponer con libertad de la sede del partido. No voy a cerrar las puertas». Mensaje directo a Juan Carlos Marrero.

«En mí no cabe el rencor, pero nadie tuvo piedad hacia mí. Yo no quiero hacer daño a nadie, como no quiero que me hagan daño a mí». Otro mensaje muy claro a los que, al parecer, siempre según la opinión de la ganadora, han hecho una campaña que intentaba destruirla en lo personal.

«Con mi victoria Coalición Canaria dio el paso definitivo hacia la reunificación».

Creo que ella sabe que no ha sido así. Hoy CC está más divida que nunca. Y es una división que duele. Las heridas están abiertas. A un año de las elecciones, Coalición Canaria tiene a Sandra Rodríguez como líder, pero en el partido hay muchísima gente que no la quiere. Ganó, legítimamente, pero CC está rota.

«Todos somos necesarios, pero yo confecciono mi lista». Es un hecho. Pero a la hora de confeccionar la lista no lo va a tener fácil la candidata. ¿Dónde están los mimbres necesarios para que CC resulte atractiva ante el electorado? ¿Quiénes son los nombres que llevarán al partido hacia la victoria final? ¿Victoria sería repetir los cuatro ediles actuales? Tal como están las cosas, pensar en cuatro concejales es una quimera.

«Para ir en mi lista hay que tener lealtad». Recordarle a Sandra Rodríguez que Jesús con la mirada supo que Judas lo iba a traicionar.

La lealtad en política es como la lealtad en una manada de lobos.

Pobre partido. Dando un ejemplo de democracia, confirmó que vive las peores horas de su historia.

¿Quo vadis, CC?

El día que Pamarsa pase a ser un fiambre

Cuando en el Puerto de la Cruz se habla de Pamarsa se hace de noche. Nunca luce el sol para la jodida empresa pública que en su día parió de mala manera el PSOE local. Parque Marítimo S.A. ¡Ahí es nada! Cuánta oratoria basura nació después del primer día con las puertas abiertas de lo que pasaría a convertirse en un coladero de personas (¿trabajadores?) con el carné del partido en la boca. ¿Todos? Naturalmente que no. Ha habido y hay excelentes profesionales en la empresa pública que jamás debió nacer. Y no solo el PSOE ha hecho un uso calamitoso de ella. También CC y PP han aprovechado la presencia en el poder para contentar a los inútiles de turno. Pamarsa debe morir.

Un ayuntamiento dedicado a servir refrescos, pinchos de tortilla y cortados, es cualquier cosa menos un ayuntamiento serio.

Ya va siendo hora (aunque tendremos que esperar a 2022, al parecer) de que Pamarsa (ahora no recuerdo con que otro nombre se la conoce en la ciudad; ¡esta memoria mía!) descanse para siempre bajo tierra.

Siempre será recordada como la criatura maldita del PSOE del Puerto de la Cruz. Igualmente, ya tiene un sitio en la historia como muñeca que servía para satisfacer los instintos más bajos de la peor política que muchas veces se ha practicado en la ciudad.

Los populismos en el siglo XXI deambulan también por la política local. Los argumentos son simples. Nuestros politiquillos aseguran que se deben a los trabajadores. Que piensan en esas familias. ¡Y yo! Esos profesionales no tienen culpa de lo que supone Pamarsa. Pero cuando un político cortoplacista recurre a ese argumento, lo primero que un ciudadano inteligente debería responderle es que el monstruo ha crecido porque en todo momento se ha practicado el aquelarre del compadreo. Antes y ahora. Que siempre ha habido una Pamarsa (ayuntamiento paralelo) al servicio de los intereses de siglas políticas.

Pamarsa (la marca del PSOE en la frente y en el culo, o donde ustedes quieran ponerla) es una rémora para el ayuntamiento.

El día que Pamarsa pase a ser un fiambre, el Puerto de la Cruz respirará tranquilo.

Un muerto que llevaba mucho tiempo a la intemperie yacerá enterrado. ¡El mal olor de Pamarsa dejará de ser protagonista en el Puerto de la Cruz!

(A los buenos trabajadores que hay en la empresa mi gratitud y admiración por el desempeño diario de sus obligaciones. De corazón.)

Mentir convincentemente

Leí lo siguiente no sé a quién: “Miente muy convincentemente”. Pues en el Puerto dela Cruz, más de un concejal lo hace; mentir, digo. Convincentemente.

A veces…la calumnia, el rumor, la mentira son más divertidas que las verdades y se las creen los ciudadanos”, sentencia Raúl del Pozo. Y añade el periodista y escritor: “El amarillismo es tan viejo como la propia escritura cuneiforme”. Dicho en cristiano, (por si algún indolente no se entera), que lo retorcido, lo encochinado y lo ruin, siempre han estado ahí. Ante nuestros ojos. Pero resulta que muchas veces no lo hemos querido ver. Ni oler.

Pero no todo está perdido. Afortunadamente existe la esperanza. ¿Por qué? Verán ustedes, de repente un joven político portuense, Emilio Fariña, en Gente Radio, en la tertulia “Hablemos del Puerto de la Cruz, opina lo siguiente con absoluta libertad. “Uno cree en la política en mayúscula. Ahora bien, no olvidando que uno se debe al conjunto de ciudadanos que le votan y a los que no por supuesto que también, y hoy en día más que a los militantes, porque las relaciones hoy por hoy de los partidos políticos para con los militantes ya no son tan sociológicas como lo eran antes. Ahora son más clientelares. Los partidos políticos para regenerarse tienen que generar otro tipo de relaciones más abiertas con la ciudadanía. Hacer posible que la ciudadanía participe. Generar adhesiones más allá del carné. Con la confianza, con el crédito y con la capacidad de gestión”.

Un socialista portuense, no su jefe, no un representante anquilosado y endiosado de la denominada vieja guardia de ese partido en el Puerto de la Cruz, manifiesta algo que toda persona que milite en un partido político debería tener muy presente. Me siento orgulloso de conocer a Emilio Fariña. Recuerdo que Salvador Sostres escribió en mi ABC: “La mayor ignorancia es no saber lo que nos destruye”. Emilio sí lo sabe. Y es joven.

En el Puerto de la Cruz hay algo que se ha vendido como una máxima incontrovertible. “La autocrítica es una especie muy rara de ver”, Fernando Savater.

Los malos políticos en nuestra ciudad (porque los hay) pretenden inculcar que la imperfección siempre está en la casa del enemigo, sin olvidar que el enemigo no es el adversario ideológico, sino el compañero que comparte con ellos el mismo proyecto, el mismo suelo, conviviendo ambos bajo el mismo techo.

El filósofo Savater también recuerda en su libro “Ética de urgencia”:” Las política, como cualquier relación social, establece un juego entre la verdad, la mentira, las veracidad y la falsedad. Hay políticos que dicen más verdades que otros, partidos que mienten más, y otros que menos, pero el juego nunca es completamente limpio”.

Podemos estar todo el fía escuchando el soliloquio de un concejal atrincherado (vale también para cualquier concejala), el blablablá de un grupo de vecinos agrupados en un banco público. Todos con su opinión. Y lo más terrible, todos con su verdad.

Fue Winston Churchill el que dijo en la Casa de los Comunes: “»De hecho, se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas las otras formas que han sido probadas de vez en cuando».

En el municipalismo hay políticos que, pasados los años, han terminado convirtiéndose en una rémora. Son jóvenes, pero viejos al mismo tiempo. Arrastran demasiadas cadenas. No son creíbles.

Valores nuevos del municipalismo portuense llaman a la puerta. Muchos serán aplastados, quemados, caerán en el aburrimiento y terminarán por abandonar.

Un joven político llamado Lope Afonso supo llegar. Cuando casi nadie creía en él, puedo alegrarme porque yo sí lo hice. Aposté por él, a pesar de los aburridos y viejos dinosaurios que ambicionaban que todo siguiera igual.

El PSOE del Puerto dela Cruz tiene en Emilio Fariña un valor en alza. Ojalá que los mediocres no se consoliden para siempre.

Y Coalición Canaria es el partido que no debe olvidar, sobre todo sus líderes naturales, lo que en su día también dijo el político inglés arriba mencionado: “»La democracia es la necesidad de doblegarse, de vez en cuando, a las opiniones de los demás».

La rendición nunca es una forma de tranquilidad

No se trata de arrumbar a tal o cual persona. David Gistau me confirma que está de moda la expresión “despixelar”. Sería bueno tener presente esta expresión en la política local. Sobre todo en Coalición Canaria del Puerto de la Cruz. Poner fin a los garrotazos goyescos sería lo más aconsejable. Temo, no obstante, que el tiempo de la paz ha pasado. Ojalá que protagonistas y conmilitones no tengan que pedir perdón después de consumar el desastre. CC está inmersa en un bucle de contratiempos.  En estado de abatimiento y zozobra. Debe aprender a vivir sin esas cadenas. Y no me canso de repetir que quiero lo mejor para esa formación en el Puerto de la Cruz, como de igual manera quiero lo mismo para el PP, pues creo que este tándem funciona, y en 2019 (alejada la opción de una mayoría absoluta) sería garantía de progreso repetir el mismo gobierno.

Las palabras se las lleva el viento. Muchas veces. Los hechos quedan. Si en política municipal el protagonismo se dejara en manos de los hechos, la ruina personal y política no se convertiría en el día a día de algunas personas valiosas que cavan una fosa creyéndose a pies juntillas sus propias mentiras. Trágico. Pero es así. Lo sabemos. 

No hay más que dar un mal paso para que el presente se torne oscuro, peligroso. De repente el futuro es amenazante; aparece lleno de horrores. Todos los que están al lado se convierten en sospechosos. Enemigos. No hay siquiera una leve hendedura para la lealtad.

Aflora la ruina moral. Lo hecho se desmorona. El propio yo cae convertido en fina arenilla. Las certezas de ayer pasan a convertirse en espejismos que conducen al despeñadero.

Los guías ciegos salen de la nada. Los silencios son demonios agujerando en la cabeza. Deja de existir la realidad. Es el fin.

El 25 de abril de este año se sabrá qué persona será la designada para representar a Coalición Canaria del Puerto de la Cruz en las elecciones de mayo de 2019.

Juan Carlos Marrero, secretario general de CC aseguró en mi entrevista en Gente Radio que quiere una participación “activa de todos los afiliados” para que decidan “libremente” quién será su candidato o candidata. Marrero espera una asamblea “limpia, democrática y transparente.

También, según el concejal, Sandra Rodríguez, “a pesar de no tener ningún cargo, tiene el último censo aprobado en su poder”.

Le pregunto a Juan Carlos Marrero si lo sucedido en el Lago Martiánez compromete la candidatura de Sandra Rodríguez: “Eso es algo que tendrá que contestar ella. Yo a nivel personal no contesto por nadie, si digo que en cuanto a esa situación, todo el gobierno municipal se ha puesto en manos de la justicia, hemos puesto todo lo que se conoce en manos de la policía, que es la que ha actuado, todavía no lo ha hecho la justicia porque estamos en la primera fase”.

Marrero ha hecho oficial su candidatura. ¿Lo hará Sandra? No me arrepiento al afirmar que ambos están realizando un gran trabajo en este mandato. Hacienda, Urbanismo, Cultura, Medio Ambiente y Obras Públicas son áreas muy destacadas en el gobierno que preside Lope Afonso.

Cuán hondo pesar barruntar que la desdicha no ha hecho más que comenzar.

Encabronamiento

¿Puede la política del Puerto de la Cruz estar metida en una sucia oquedad de sinvergüencería y taimados embustes? ¿No existe en el gobierno actual un mínimo de sentido común que sirva para aceptar sin enajenación de ningún tipo que a poco que se consuma el disparate y se apueste por la deleite de la ensoñación, otros que jamás han hecho nada bueno sacarán tajada del trabajo realizado? Las proezas imperiales en el municipalismo no sirven de nada. Quiero decir que si los actuales gobernantes persisten en poner el yo por delante, en no dejarse aconsejar lo más mínimo ante comportamientos erráticos y modales hirientes, de nada habrá servido el excelente periodo en la alcaldía de Lope Afonso. Nada positivo conseguirá el centro derecha portuense si algunos ediles mantienen firme el propósito de continuar andando por los caminos polvorientos de la soberbia. Podría dar nombres, pero no quiero perder amistades y, menos aún, tener que enterrar una carrera política que podría ser brillante en el Puerto de la Cruz.

No veo al alcalde portuense hace algún tiempo. Sé que está ahí. A veces ordena pasar la llave de su despacho para que nadie, absolutamente nadie se atreva a molestarle. Gestionar es la palabra. Hace bien. Lope Afonso es tan buena persona que si un día se pone de mal humor, los que están a su lado dudan de que en realidad lo esté. Ejerce el liderazgo como el que está experimentado la tortura china. No quiere vivir bajo el foco permanente. Otros gustan de ese foco. Otros quieren ser el foco. ¡Son los más peligrosos en el gobierno local!

Mi encabronamiento está más que justificado. No me gusta para nada lo que observo en el socio de gobierno del PP. Hablo de Coalición Canaria. No me gusta que un partido político que conoce a la perfección lo que es la responsabilidad de gobernar y también lo que difícil que resulta la travesía por el desierto, esté hoy jugando a la ruleta rusa. Encabronamiento porque hay otros en el consistorio que van a tener la oportunidad de aposentar el culo en el gobierno, y ciertamente sin haber movido un dedo para merecer el inmenso regalo.

CC se la juega. Chamuscados pueden salir los que están a día de hoy jugando con fuego. ¿Son pirómanos? Carlos Alonso adelantó en mi entrevista en Gente Radio que para él Diana Mora es una perfecta candidata en el Puerto de la Cruz. ¿Y qué? Como si dice que Juan Carlos Marrero es una buena opción para dirigir el partido local y estar con él en el Cabildo. Como si apuesta por Sandra Rodríguez como una mujer muy válida para mejorar aún más la acción cultural desde el Cabildo. Ya sé que ni Marrero ni Rodríguez imaginan la vida política más allá del Puerto de la Cruz. Pero hay que tener muy presente que Carlos Alonso no quita ni pone. Habla y opina con libertad. Punto.

En CC hay un riesgo cierto de terminar como en Los Realejos. ¿Marrero y Rodríguez lo saben? Y si lo saben, ¿cabe entonces la generosidad, la paz?

Por el contrario, si en el PP (hasta hay días en que dudo que Lope tenga ganas de repetir) persiste el aislacionismo en algunos de sus componentes, y si en CC la guerra antropofágica no termina, ciertamente el PSOE, con un suelo importante de votos en la ciudad, sacará provecho legítimamente de esta merienda de negros. El PSOE sabe pescar en río revuelto. ¿Quién lo duda?

El Gobierno actual, en colaboración estrecha con el Cabildo, pero bajo las órdenes de Lope Afonso, no de Carlos Alonso, ha hecho posible que se inicie el periodo del cambio anhelado. Tirar por la borda lo conseguido por culpa del gatuperio en CC o por actitudes infantiles pero maleducadas en el PP, sería un error imperdonable para los dos partidos.

Quien siga poniendo el yo por delante a los intereses de la ciudad no merece figurar en las elecciones de 2019.